Dios sabe todo lo que necesitamos mucho antes de que se lo pidamos. Él se ocupa de que tengamos lo que pedimos de la manera más conveniente para nuestra vida. Lo más importante es recordar que, en nuestra travesía, siempre estamos recibiendo lo que precisamos. Basta con prestar atención a las diferentes formas en que todo se provee... Tal vez ahora no sea como queremos, pero será perfecto si decimos: Confío plenamente en la providencia divina !!!
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